octubre 15, 2024

Armas heráldicas de Cataluña – pag. 90

En los primeros meses de 1640, el pueblo catalán alzaba banderas «que los castellanos vieron con temor y confusión»; así lo testificó el militar portugués:

«Alzaron banderas negras por testimonio de su tristeza; en otras pintaban en sus estandartes a Cristo crucificado, con letras y jeroglíficos acomodados a su intento, y de esta vista los Catalanes cobraban aliento y disculpa, los Castellanos temor y confusión» (106)

El pueblo catalán, en contra de la idea impuesta en la actualidad, no recurría a banderas cuatribarradas como símbolo de su libertad; igual comportamiento ofrecieron a nivel oficial las tropas del Principado. En el ejército organizado para socorrer a Tarragona, compuesto de levas gremiales y mil jinetes franceses, fue la bandera de Santa Eulalia, acompañada por el tercer «conseller» Pedro Juan Rosell, la que presidió al contingente (107). Por cierto, el Conseller actuó rozando los límites de la nobleza militar al no cumplir el pacto con las tropas reales; aunque la huida se justificó por el temor de que la señera de Santa Eulalia se convirtiera en trofeo (108). La enseña ocupó el protagonismo vexilológico durante el conflicto, en contraste con la bandera de cuatro barras, considerada del soberano de la Corona de Aragón; esto es, el rey enemigo Felipe IV.

Existían dos banderas de Santa Eulalia, según algunos autores: la religiosa, usada en ceremonias y actos eclesiásticos; y la militar o civil. En la guerra «dels Segadors» probablemente se utilizó la bordada en 1628; aunque el 26 de junio de 1623, los «Consellers» autorizaban pagar a:

«francesch jornet, Pintor, setse lliures per lo pintar y daurar la figura de Santa Eulalia pera posarla en lo mig de la bandera de Santa Eulalia » (109)

Una de las dos banderas salió al campo de batalla contra las fuerzas que Felipe IV —el rey amigo de Velázquez— mandaba para reprimir a Cataluña. Acorde con la mentalidad barroca, la enseña fue enriquecida con un nuevo símbolo:

«Al salir la bandera contra Castilla, en 1640 (6 de diciembre) se le agregaron a la mano derecha «dorades les armes del ss.mm. sagrament per ferse esta guerra en est Principal en sa Divina deffensa; y a la ma esquerra les armes de la Ciutat » (110)

Según Puiggarí, el «Santísim Sagrament» mostraba la leyenda «Exurge Deus judica causas tuem».

Los catalanes desplegaron durante la guerra «dels Segadors» una intensa campaña publicitaria por medio de opúsculos que lograban hacer llegar a otros reinos, como Portugal y Valencia. Al primero de ellos, por su condición de aliado contra el rey de España; al segundo, para intentar su alzamiento y ayuda; fin que no alcanzaron.

Estos folletos editados por «mandato de los Deputados» relataban las victorias catalanas, siendo de títulos harto significativos: «Catalana justicia contra castellanas armas», «Panegyrico apologético y desagravio a Lusitania». etc. En ellos encontramos meridianas alusiones a cuál era la enseña que simbolizaba a Cataluña:

«Y la bandera gallarda

de la Eulalia catalana

partirá con gloria y gala» (111)

La cita pertenece a una poesía, escrita en castellano. que narraba la derrota sufrida por tropas de Felipe IV en el asalto al castillo de Montjuich; el descalabro de los soldados dirigidos por el Marques de los Velez constituye el tema principal de esta composición que ridiculizaba su intento. El empleo del castellano denota una finalidad propagandística, es decir, que la victoria catalana fuera conocida en otros estados peninsulares; pues, no sólo ofrecía información sobre banderas, sino violentos insultos a las tropas reales:


(106) Manuel de Melo, Francisco: Historia de los movimientos, separación y guerra de Cataluña. Madrid, 1883, p.56.

(107) Ibídem, p. 181.

(108) Ibíd., p. 209.

(109) Carreras Candi, F.: op. cit. p. 607.

(110) Ibídem, p. 606.

(111) Anónimo: Famosa comedia de la entrada en Cathaluña del Marqués de los Vétez. Barcelona 1642, fol. 5 v.


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