diciembre 4, 2024

El pendon de la conquista – pag. 109

En la edición veneciana aparece el dibujo de los cursores con la señera en la parte izquierda de la ropa, mostrando claramente cómo era en la primera mitad del siglo XIV: dos barras sobre tres (7). Los bolandistas lo reprodujeron, siguiendo normas de verosimilitud, de las «Leges Palatinae» de la Corle de Mallorca. Igual muestra ofrece un manuscrito de la Biblioteca Real Albert I, de Bruselas («Constituciones Jacobi II Regis Majorícarum». Sig. 9169, folio 45). En la miniatura que ilustra el folio vemos a los cursores, con vestidos de varios colores, portando el escudo con la señal real de dos barras.

¿Que relación existía entre este ejemplo y el pendón de la Conquista? Muy sencillo, la señal real no debía variar aunque se reprodujera en diferentes soportes (esculpida en piedra, grabada, pintada o bordada en tejidos de una bandera). Por tanto ¿cómo era exactamente la señera del rey de Aragón en el siglo XIII y primera mitad el XIV? ¿Tenía dos barras, como exhibían los cursores reales, o mostraba cuatro, como el pendón de la Conquista?

Aunque cabe la posibilidad de ausencia de reglamentación en cuanto su número, hay documentación suficiente para poder afirmar que en un principio eran sólo dos barras la señal exclusiva del soberano.

EL MAPA DEL JUDIO MALLORQUIN CRESQUES: AÑO 1375

Las obras realizadas por artesanos alejados del círculo cultural áulico, o de las capitales de los reinos de la Corona de Aragón, podían contener alteraciones heráldicas; por ejemplo, un portulano de 1480 reproduce la Señera valenciana con una barra roja sobre dos amarillas (8), aunque sí lleva corona sobre azul; en platos de Manises del siglo XV se pueden contar hasta ocho barras (9). Era lógico en obreros que conocían el símbolo, pero no su número; estos ejemplos, lógicamente, son de poco interés.

El siguiente documento pertenece a unos años en que la heráldica de la «Ciutat y Reine», consistente en la fortaleza sobre aguas, había sido relegada después de la represión acaecida tras la guerra de la Unión. La enseña de dos barras del rey, símbolo de su victoria, marginaba al estandarte valenciano; no obstante, en 1377, la bandera del rey se transformaría en Señera coronada, adquiriendo simbolismo exclusivo del pueblo valenciano.

La Biblioteca Nacional de París conserva la más valiosa joya cartográfica medieval, realizada sobre pergamino e iluminada con siete colores: su gran tamaño (3 metros por 65 centímetros) permite contemplar todos los detalles (10). El móvil fue obsequiar al rey francés Carlos el Prudente por parte del aragonés Pedro IV; el hijo de éste había estrechado relaciones con el país vecino al casarse, en 1373, con Marta de Armagnac. El cartógrafo seleccionado fue Cresques Abraham, ayudado por su hijo Jafuda Cresques; ambos eran judíos y mallorquines (no catalanes, como se lee en algunos libros).

El mapa ya figuraba en un inventario de la biblioteca de Carlos el Prudente en el año 1380, siendo admirado por la escrupulosa reproducción toponímica y el rigor representativo del entorno geográfico más conocido del autor: la zona occidental del Mediterráneo y, en particular, las tierras de la Corona de Aragón. A todas estas cualidades, artísticas y científicas, habría que añadir la singularidad de ser encargo del rey de Aragón.

Generalmente, estos mapas se utilizaron para ayuda en la navegación mediterránea y, por este motivo, apenas ofrecían información sobre reinos no costeros o detalles que no fueran interesantes para el marino. La casi totalidad desaparecieron por el uso, naufragios o, simplemente, fueron destruidos al sustituirse por otros más científicos y exactos a fines del siglo XVI. El Mapamundi de Cresques, obviamente, no estaba destinado a la navegación; su finalidad era servir de goce y deleite a los cultos gobernantes de fines del medievo. En realidad, no fue un hecho insólito el regalo del Ceremonioso, era más bien una costumbre generalizada en el sur europeo; tenemos referencias de ello:


(7) Acta Sanctorum Praefationes. Venecia, 1749. Tomo 1º, p. 457.

(8) Grávalos González, Luis: Las banderas españolas: ed. Sílex, Madrid, 1977, p. 44; también reproducida por Witnve Smith. Nueva York, 1975.

(9) Pinedo, Concepción: La cerámica de Manises. León, 1977, p. 52

(10) Mapamundi de 1375: Bib. Nac. de París, Portulano «Espagnol, 30» (ed. facsímil por EBRISA). Barcelona, 1984.


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