octubre 15, 2024

El pendón de la conquista – pag. 115

¿Qué concepto tenía Leonardo Crespí de la antigua señera? Era coincidente con Marzal de Sax: dos barras, y no cuatro. Al monarca le gustó el libro y no le pareció irreverente que la señera de su principal antepasado fuera representada así. En carta del 14 de mayo do 1447, Alfonso el Magnánimo daba su opinión muy favorable sobre el códice, calificándolo como:

«…un llibre molt bell (bello) en lo qual eren les hores de Nostra Dona »(24)

Resumiendo: Leonardo Crespí altera o retira elementos del cuadro de Marzal de Sax, pero la antigua Señera del rey, correspondiente a los siglos de pugna contra musulmanes, es respetada con la simbología de dos barras; no cuatro, como el supuesto pendón de la Conquista. Este tardaría casi un siglo en surgir como fruto de la fantasía de Beuter.

Respecto a la manipulación que han hecho algunos historiadores, reproduciendo miniaturas de Leonardo Crespí con las barras y dando a entender que era heráldica valenciana, al ser él valenciano, es una simple picardía heráldica.

Crespí, efectivamente, iluminó ciertos textos con ilustraciones en que aparecía el citado símbolo. Sin embargo, lo que no toman en cuenta es que eran encargos para Alfonso el Magnánimo, en función de su título de Aragón y Sicilia. La documentación que se conserva disipa las dudas sobre qué reino estaba simbolizado por ellas, por ejemplo:

«…XXX cobriatzembles ab armes de Aragó e del regne de Sicilia della for»(25)

La cita corresponde al contrato de un artesano valenciano del siglo XV; el rey le pide gualdrapas de caballo con las armas de Aragón y Sicilia. El encargo también se envió a Nápoles, igual que el Libro de Horas de Alfonso el Magnánimo. En otro documento, firmado por Leonardo Crespí, reconoce haber recibido «quaranta set sois reyals de Valencia» como pago por la iluminación de un libro. También se especifica de qué reino eran las armas representadas:

«…obres de futllajes de diverses colors e en lo primer principi de lo primera carta ab les armes d’Aragó» (26)

Es disparatado, por tanto, presentar estos escudos barrados dando a entender que representaban las armas heráldicas valencianas.

UNAS CINTAS DE SEDA ACLARATORIAS

En los siglos XIII y XIV se observó la costumbre de incluir la señera en las cintas de seda que sujetaban los sellos de pergaminos reales, es decir, mostraban las dos barras rojas sobre tres de oro. Se puede comprobar en cualquier archivo de nuestro Reino: en el de la Catedral de Valencia, en los municipales de Alicante, Biar, Villajoyosa, etc., siempre que las restauraciones hayan sido respetuosas.

Esta heráldica primitiva quedó fósil, perdurando en las cintas cuando ya se habían implantado las cuatro barras como armas del rey. Es un caso idéntico al de las monedas valencianas que, en pleno siglo XVII, imitaban modelos arcaicos de dos barras que se acuñaron en el XIV ¿Porqué no utilizaron las cuatro barras, si estas eran la señal real en el supuesto pendón de Jaime I? La respuesta la tenemos en un libro, recomendado por Pere Mª Orts con estas palabras:

«…para el estudio de la heráldica es fundamental la obra de Cesáreo Fernández Duro, publicada con el título de Tradiciones Infundadas» (27)

El estudio de Fernández Duro, modelo de erudición y análisis, recoge la relación del papado con los reyes de Aragón:

«…tuvieran el umbráculo de los Pontífices y los cordones que penden los sellos de plomo de las bulas expedidas por la cámara apostólica, y que los reyes de Aragón fueron gonfalonieros o vexilliferos»


(24) Villalba Dávalos, A.: La miniatura valenciana en los s. XIV y XV. Valencia, 1964.

(25) Ibídem, p. 114

(26) Archivo del R. de Valencia: Bailía. Apocas, L.47, mano 2

(27)Orts, Pere Mª.: op. cit. p.123


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