octubre 15, 2024

El pendón de la conquista – pag. 129

«Pero como Beuter no cita monumento alguno de su noticia, se hace difícil sostenerla, mas quando Escolano escrive mui al contrario hablando de Mosen Juan de Pertusa, cavallerizo mayor que era del Rei Don Jayme cuando entró en Valencia(…) el día de la entrega, tuvo por bien de dárselos; y sus descendientes de Juan de Pertusa de guardarlos en sus casas, por prendas dignas de estimación. Después las colgaron en el año mil cuatrocientos y diez y seis, en la capilla que desde la conquista poseen en la iglesia mayor, por mayor blasón y tropheo de sus antepasados»(60)

Otro historiador, Martín de Viciana, en la segunda parte de su Crónica (año 1565), tratando de los Pertusa recordaba que:

«Hallamos a Guillen Pertusa, que fue Palafrenero mayor del venturoso Rey Don Jayme, y que se halló en la toma de Valencia a donde más se señaló, y por ende consagrada la mezquita, año 1239, en Iglesia Mayor, le dio el Presbyterio, y el Privilegio que está colgado a modo de escudo a parte del Evangelio, y arriba las Espuelas del Rey»

La confusión de Viciana al afirmar que Guillen (s.XV) fue el palafrenero, en lugar de Juan (s.XIU), da idea del escaso rigor empleado por los historiadores del s.XVI. Incluso Teodoro Llórente, en 1889, continuaba la tradición de copiar a Beuter; por su cuenta añade:

«Otorgó la cesión de estos trofeos al cabildo mosén Franciscode Pertusa, como tutor de En Guillen de Pertusa, a cambio de que hiciera memoria del magnífico Juan de Pertusa, caballerizo de Don Jaime, al celebrarse el aniversario de este monarca. Media escritura, fechada a 11 de julio de 1416, cuyo original obra en el archivo de los marqueses de Malferit, sucesores de los Pertusa»(61)

Llórente no polemiza sobre la autenticidad del escudo, aunque alguna duda le asaltaría al comentar que «no parece arma de combate», y que: «restaurado en época muy posterior, perdió su aspecto de antigüedad»(62). La escritura que cita, también la menciona D.Vicente Boix, quien afirma haber «tomado estas noticias del documento que se halla debajo de aquellos trofeos, y cuya copia antiquísima (sic) conserva en su poder el actual sucesor de Juan de Pertusa el Sr. Pascual Mercader y Roca, marqués de Malferit»(63)

Pero el delicado y respetuoso estilo romántico de Boix, con su evidente olvido de filtrar lo creíble de lo legendario, fue alterado por la irrupción de desconfiados investigadores que no toleraban versiones adulteradas del pasado. Casi coincidente en el tiempo fue la edición de la obra sobre la falsedad del Casco del Conquistador (año 1894) que las Antigüedades de Teixidor (año 1895) que incluía unas clarificadoras notas del inquieto archivero de la catedral de Valencia, D. Roque Chabás, el cual se declaraba en desacuerdo con Teixidor, Boix y Llórente:

«La escritura de 11 de julio de 1416 no se encuentra original como se asegura en la Valencia (1-501, nota), ni siquiera copia en el archivo de los Marqueses de Malferit sucesores de los Pertusa; no la hay tampoco en el archivo notarial. Donde hemos sido más afortunados es en la Catedral, cuyo archivo (v.63.X. 14) conserva la copia autorizada que aquí copiamos »(64)

El documento, registrado en Mandatos y Emparas de la Corte Civil de Valencia en el año 1703, informa que el escudo «lo portaba lo molt alt senyor En Jaume per la gracia de Deu Rey de Aragó lo dia que entra per forza de armes en la Ciutat de Valencia». Esta es la documentación más antigua que se tiene; una copia de una escritura del año 1416. Es decir, de un siglo, el XV, que se caracterizó en nuestro reino por el desaforado afán de poseer reliquias, sin que se pusiera en duda ninguna de ellas por indocumentadas que fueran.

Analicemos brevemente las andanzas de los Pertusa medievales. Respecto al «caballerizo» de D. Jaime I no sabemos nada; solamente la trova de Jacme Febrer que, como se apuntó, es apócrifa:

«Esta troba es de las que tienen más sabor moderno y en particular la palabra caballeriz, que no encontramos en los tiempos de la reconquista a que se refiere »(65)


(60) Teixidor. Fray Josef: Antigüedades de Valencia. Ed. del Archivo Valentino. Valencia. 1895, pp. 224,225.

(61) Llórente, Teodoro: Valencia. Barcelona, 1889. Tomo 1, p.501.

62) lbídem. p. 501.

(63) Boix, Vicente: Historia de la ciudad y Reyno de Valencia. Valencia. 1845. Tomo 1, p.147

{64)Chabás, Roque: nota sobre el Trofeo de la Conquista en la catedral, contenida en Antigüedades de Valencia de Teixidor, Valencia, 1895. p.478.

(65) lbídem. p.48l.


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