enero 13, 2025

El pendón de la conquista – pag. 143

Este comentario de Sevillano Colom es prototipo de cómo un hecho que demuestra el nulo interés que tenía el pueblo valenciano respecto al pendón, en 1611, queda modificado, dando a entender que fue objeto de veneración y celosamente protegido por gentes preocupadas ante un peligro no especificado. Como el lector ya habrá adivinado, Sevillano Colom no aporta ninguna documentación que justifique su versión novelada de «los momentos de excepción» y «cuando fue escondido». No hay sino contrastar con lo transmitido por Escolano cuando pensaba que lo quitaron «porque olía a vanidad y gentilidad». Lo cierto es que nadie -nadie- se preocupó por la retirada de la enseña. Tampoco nadie hasta Beuter se había molestado en mencionar la bandera de todos los valencianos (según Per Mª Orts y Fuster); y tiempo sí habían tenido desde 1238 hasta 1538, año en que Beuter creó la leyenda. La naturalidad e indiferencia de Escolano contrasta con la rotundidad emanada de la Gran Enciclopedia Catalana, la cual, describiendo el pendón de la Conquista, afirma:

«estandarte formado por tres telas cosidas que llevaban pintadas las armas catalanas y la fecha de la conquista por Jaime I (1238) en caracteres arábigos. Había ondeado arriba de la torre de Ali-Bufat el día de la conquista y fue llevada por Jaime I a San Vicente de la Roqueta»(119)

Esta obra de consulta, que se está introduciendo en todos los centros escolares valencianos, ofrece como dogma de fe una serie de suposiciones. Sin embargo:

a) Las barras no eran las armas catalanas en el siglo XIII; no hay documento del mencionado siglo que apoye esa teoría.

b) Todos los indicios sugieren que la bandera de Jaime I nada tiene que ver con la falsa reliquia llamada pendón de la Conquista.

La versión novelada que ofrece la Enciclopedia Catalana no está fundamentada. Ignoramos qué fuente histórica han descubierto para pontificar que «fue llevada por Jaime I a San Vicente de la Roqueta», aparte de «Beuter y sus secuaces» (en palabras de Borafull). Observe el lector cómo se puede alterar, quizá involuntariamente, el significado de los hechos: todos sabemos que en el siglo XVII (Fuster), o el XIX (l’Escrivá), se hizo la inscripción «AÑO 1238» sobre la bandera; sin embargo, este detalle no es recogido por la G.E. Catalana. También olvida informar que está escrita en idioma castellano y posterior, en bastantes siglos, al XIII. Pero donde no hay desperdicio es en la frase «lleva la fecha de la Conquista (1238) en caracteres arábigos», y no ofrece ninguna aclaración.

El lector -normalmente sin actitud crítica respecto a estas obras de consulta- interpretará que la enseña lleva una inscripción de la época de Jaime I que autentiza su legitimidad; cuando la realidad es que la misma mano que escribió en castellano puso la fecha en números árabes, caracteres usados en el siglo XVII y con los que seguimos operando en nuestros días. Es una redacción que no refleja lo que es el pendón: una reliquia falsa y tardía, igual que su inscripción en castellano y con «caracteres arábigos», no numeración romana, usual en 1238.

Por cierto, hacia 1600 ya se levantaban voces críticas respecto a los exhibidores de sacras reliquias y los abusos cometidos por algunos obispos en el pasado:

«a los Obispos se les prohibió el hazerse llevar en sillas por los Diáconos llevando reliquias al cuello, sino que quando quissieren llevarlas se vayan por su pie»( 120)

Metafóricamente, algunos profesionales del catalanismo están actuando de igual manera con las falsas reliquias jaiminas.

CUARTO CENTENARIO DE LA CONQUISTA: AÑO 1638

Cuando en 1638 se celebró el Cuarto Centenario de la Conquista, le fue encargado al escritor Marco Antonio Orti un libro que hiciera memoria de lo sucedido. El cronista mencionaba el pendón y – como ya analizamos anteriormente- sólo aportaba la siguiente novedad:

«Ya los últimos de agosto del año 1638, Dionisio Dassio Racional de Valencia le mandó descolgar, y averiguó por su antigüedad y hechura, que era el mismo, de quien el Doctor Beuter havia tratado en su Sermón»(121)


(119) Gran Enciclopedia Catalana: T5. XI, p.437.
(120) Padilla, Francisco de: op. cit., t. 2º, fol. 294, r.
(121) Ortí, M.A.: op. cit. fol. 2 v.


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