octubre 17, 2024

El pendón de la conquista – pag. 128

En los camps daurats, es de Joan Pertusa,
Que del Roselló vingué a la frontera,
Contra els sarrahins, ab una bandera.
De soldats experts; ab que no se escusa
Lo Rey vostron pare per moltes rahons
Donari lo ofici de caballeriz,
Cuant entrá en Valencia, lo escut e espolons,
E el fre del cavall, que son provisions
Del que te el ofici, l¡ doná feliz;
Deixanto en la Seu cubert de un terlliz»(56)

Las «Trovas» han sido acusadas de inexactas y anacrónicas, siendo rechazadas por causas justificadas. La dedicada a la familia Pertusa parece indicar que el trofeo se donó a la «Seu» en vida del Pertusa conquistador. No obstante, hay que tener presente las constantes advertencias de los heraldistas:

«…y no son pocos los que refieren largar patrañas y del origen de sus armas y principio de sus apellidos, como lo vemos en los libros manuscritos desta materia»(57)

Esta cita, escrita en 1636, es probablemente contemporánea de las apócrifas «Trovas» de Febrer. La historia más lógica, teniendo en cuenta los documentos conservados y las circunstancias de la época, es que los Pertusa conservaron un «pavés de infante» de algún antepasado que viviera entre 1350 al 1380; desempolvado en el siglo XV fue convertido en el escudo del Conquistador. Era lo normal si sumamos el valor y aureola de misterio que adquieren los objetos del pasado, más el prestigio que supondría para el linaje Pertusa poseer una relación de lealtad entre su antepasado y el Conquistador. El redactor de las «Trovas» conocería la historia y la incluyó en su obra, confiando en la veracidad de la tradición familiar. Para comprender cómo se podían sumar linajes a las «Trovas», con su correspondiente panegírico, no hay más que leer lo recomendado por el «revisor» de la edición de 1848 en Mallorca;

«…ya que el original verdadero haya perecido con el tiempo; o si conserva, por ignorarse su paradero; y aún sería muy del caso añadir las variantes para que siguiese cada cual lo que mejor le pareciese »(58)

En otras palabras: que si usted lo considera conveniente puede incorporar su linaje, procurando no alterar el estilo seudoarcaico de Febrer. Las «Trovas» no eran una excepción; la Biblioteca Nacional de Madrid posee manuscritos con notas muy sugerentes: como aquel, cuyo autor sólo permitía contemplar el armorial en su casa:

«este libro de Blasones recopiló Lope de Vaillo lo mas Verdaderamente que las Chronicas y Códices Antiguos con toda diligencia halló, que todos los caballeros y hidalgos que del se quisieren aprovechar lo vean en mi casa y no fuera»(59)

Respecto al conjunto de reliquias de los Pertusa, hay un detalle que no se ha incidido en él; la superficie del escudo lleva cuatro barras gigantescas de colores resplandecientes (algo milagroso, si tuviera más de siete siglos), pero observando la cadena, freno y bocado nos encontramos con una variante: las barras de la placa del freno son coronadas; es decir, con heráldica distinta a la del escudo. No era normal esta alteración, pues las barras coronadas aparecen con asiduidad a partir de 1377.

Casi todos los historiadores valencianos mencionaron el trofeo, pero copiándose unos a otros; Beuter fue uno de los primeros en hacer referencia del escudo:

«Puso el Pertusa estas insignias encima de su capilla en la iglesia mayor, luego que fue acabada de labrar(…) estuvieron allí hasta el año del Señor 1416, que el Obispo Bages las tomó de allí y las puso en la Capilla mayor»

Esta versión, escrita a mediados del siglo XVI, fue razonada por el erudito Teixidor en el XVIII en términos negativos:


(56) Febrer. Jacme: «Trovas». Mallorca, 1848. pág. 215, trova 397.
(57) Moreno de Vargas, Bernabé: Discursos de la Nobleza de España. Madrid, año de 1636, folio 3 v.
(58) Febrer, J.: op. cit,; «Adiciones del editor». p.XIV.
(59) Vaillo, Lope de: Blasón general, Bib. Nac. de Madrid; Ms. 10,654. f.l r.


-128-

Pag. 127  ÍNDEX   Pag. 129