octubre 16, 2024

TRATADO DE LA REAL SEÑERA – pag 45

«Fue muy estirnado d’ellos y con razón Luys Vives, que fue uno de los varones más señalados en letras en nuestros tiempos, natural de Valencia Ciudad y Reyno de España. Hízose vecino de Brujas» (9l)

Después de abandonar Brujas, la comitiva se dirigió a Malinas, ciudad flamenca famosa por sus bordados. La región gozaba de una economía boyante, compitiendo sus burgueses en la organización de espectáculos, luminarias y arcos triunfales en honor del Príncipe. En Malinas, siguiendo la tradición, se construyeron complejos arcos en que las virtudes y nobleza del regio visitante alternaban con heráldicas de sus posesiones: uno de ellos, el más lujoso, incluía la siguiente iconología que relacionaba Malinas y Aragón:

«Mas adelante avia un arco triumphal(…)en la primera estaban siete hermosas donzellas, las tres con sayas de raso amarillo(…)las otras quatro con sayas de raso carmesí(…)estavan entre las dos quadras dos escudos con las armas de Malinas, que son siete vandas, las tres amarillas, y las quatro coloradas como de Aragón» (92)

Efectivamente, Malinas ostentaba en sus armas el águila del Imperio y las barras que, curiosamente, atribuían a una donación real aragonesa; la leyenda del arco triunfal lo proclamaba:

«Un gran Príncipe nos viene, q’ es Esperanza, honor, y gloria de la Patria, el qual será clemente Señor y justo Governador: recibe pues con devido acatamiento su yugo y mando Villa de Malinas, porque con su nombre y títulos serás siempre nombrada. Será Defensor de tu escudo armas y insignias, que te dio el Rey de Aragón, que antiguamente se sacaron de las siete Virtudes» (93)

Las inscripciones repiten con orgullo, aunque sin especificar en qué circunstancias, la donación:

«…las quales les avia dado por especial privilegio y gracia el Rey de Aragón por sus insignias de armas(…)y davan aquello mismo a entender las siete doncellas vestidas de colorado y amarillo» (94)

Las armas de Malinas sumaban «una Aguila Negra de dos cabezas», concesión realizada por «gracia del Esclarecido Emperador Federico Tercio». Sabemos que este soberano comenzó a reinar en 1452, aunque, posiblemente, Malinas ya poseía las franjas antes de esa fecha; planteándose interesantes incógnitas: ¿cuál fue la causa para que Aragón, no Cataluña, cediera sus armas? ¿fueron las barras, efectivamente, visualizaciones de las siete virtudes?. Según la leyenda, «las armas del Rey de Aragón, antiguamente se sacaron de las siete virtudes»; afirmación que nos recuerda la oscura frase de Joan Monzón en cl siglo XIV, «las barras son la cruz de Cristo», al relacionarla con lo escrito por Inocencio III a comienzos del XIII, al comentar el simbolismo del palio:

«…cruces purpuree sunt quatuor virtutes politicae: iustitia, fortitudo, prudentia, temperantia» (95)

Habría, no obstante, otra interpretación preferible. Las siete barras de Malinas derivarían de las armas heráldicas de Hungría. Esta nación era feudataria de la Iglesia en el siglo XII, sin embargo, desde la invasión mongola en el XIII tuvo una dependencia militar y económica del Imperio Germánico; la familia de los Habsburgo, a la que pertenecía el otorgante del «Aguila Negra» a Malinas, poseía numerosos títulos: reyes de Germania, Emperadores de Alemania, reyes de los romanos y, con Ladislao de Habsburgo en 1444, de Hungría.

Por tanto, la historia de las siete virtudes como origen, sería un recurso del humanista que elaboró el contenido emblemático de la efímera construcción. El número de barras coincide con las de Hungría, no con las aragonesas; en consecuencia, sería el propio Federico III quien las concediera. Su hijo, el Emperador Maximiliano, las muestra orgulloso en el grabado del «Arco de Triunfo», dibujado por Durero en 1515. Las barras, que en su origen expresarían la sumisión húngara a la Iglesia, son exponente de que Hungría


(91) Cristoval Calvete de Estrella, Juan: El felicissimo viaje d’ el Muy Alto y Muy Poderoso Principe Don Phelippe/Hijo d’ el Emperador Don Carlos Quinto Maximo/desde España a sus tierras de la baxa Alemaña. En Anvers, año 1552, fol. 123 V.

(92) Ibídem, fol. 216 r.

(93) Ibid., fol. 216 v.

(94) Ibídem

(95) Divi innocentii pontificis maximi eivs nominis III; Venecia, 1578, p. 334


-45-

Pag. 44  ÍNDEX   Pag. 46

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *