octubre 16, 2024

El pendón de la conquista – pag. 125

El pueblo valenciano, actualmente, permanece en la confusión sobre este símbolo; si bien es cierto que fomentada por las autoridades culturales. Por ejemplo: la fiesta del 9 de octubre, en 1985, fue promocionada por la Generalidad con un cartel cuyo único contenido era el casco del dragón. Un mes antes del citado día, las calles de Castellón, Valencia y Alicante aparecieron empapeladas con el cartel propagador del error.

Otra de las intocables reliquias conservadas en el Archivo Municipal de Valencia es la espada que, según la tradición, perteneció a Jaime I. Como sabemos, lo tradicional no es sinónimo de autentico; en todos los países existen objetos o lugares que, según leyenda o tradición, pertenecieron o tuvieron relación con seres míticos o fabulosos. Nuestro Jaime I sí existió y fue apreciado por el pueblo valenciano; por tanto, no se piense que obramos contra su memoria, sino de la leyenda y manipulación actual de ciertos símbolos. El poner de ejemplo la falsedad del casco y espada no tiene otra finalidad que demostrar lo habitual de estas falsas atribuciones, y ser un caso similar al del pendón de la Conquista.

La espada sorprende por sus características, ya que si perteneció a Jaime I sus componentes debieran remontarse al siglo XIII -el monarca murió en 1276- pero no es así. De los análisis realizados se deduce que posee:

«una empuñadura con guardamanos, pieza que no aparece hasta el siglo XV»(50)

Pudiera pensarse que fue modificada o sustituida la empuñadura en el siglo XV, quizá por deterioro de la auténtica; en tal caso, sólo nos quedaría la hoja de acero. Sin embargo, tampoco es auténtica esta parte del arma, ya que el artesano dejó:

«…una marca de hoja que solo halla semejante en la espada de Isabel I»(51)

Es decir, que la antigüedad de empuñadura y hoja nos lleva a datar la presunta espada del Conquistador a fines del siglo XV; años de entusiasmo por las reliquias, cuando instituciones y particulares gustaban de poseerlas ante el asombro y admiración del ingenuo populacho. Era muy sencillo y corriente conseguir certificados de autenticidad para todo: plumas de Arcángel, trozos de la bandera de San Jorge, etc. La espada estuvo clavada en el artesonado del Consistorio o Ayuntamiento de Valencia, de donde fue desclavada el año 1666 para llevarla a la Catedral el día 9 de octubre, fiesta conmemorativa de la Conquista.

La Casa Consistorial ocupaba el antiguo palacio de Vidaure. si bien sus estancias se fueron modificando conforme aumentaba el poder económico valenciano, llegándose al empleo de los más ricos materiales y expertos artesanos en el siglo XV. El artesonado donde estuvo clavada la espada fue construcción de esa época (52); luego, son coincidentes todos los datos entre los años 1450 a 1500 como fecha más probable de aparición de la espada. Anteriormente, sólo hay ambigüedades que confirman el anacronismo de la reliquia, siendo una pieza más de las leyendas que rodean la historia del Conquistador, pero que nada tiene que ver con la realidad.

La credulidad del pueblo hacia todo tipo de reliquias no decreció al aumentar la cultura en los siglos XVI y XVII. La mayoría de la población aceptaba como verídicas historietas que ahora nos parecen cómicas. Veamos el ejemplo de unos hechos narrados como ciertos por el mallorquín Vicente Mut en 1640, donde ya la dedicatoria a «Felipe Quarto, que llamamos también el Grande», y la concordancia establecida entre el decadente monarca español y Justiniano, nos advertía del alejamiento de la realidad:

«Grandes prodigios sucedieron en tiempos de Justiniano. Antiochia padeció un espantoso terremoto. Huvo una gran mortandad en Bizancio. El año quarto apareció un cometa por veinte dias, de los que llaman Lampadias. En el diezisiete nació un perro ciego, naturalmente adevino, señalara a los adúlteros, y falsos, sacava devaxo tierra joyas de oro, y las bolvia a sus dueños »(53)


(50) Carreras Candi, F.: G.R. de Valencia, t. Provincia de Valencia, p.551
(51) Llórente, Teodoro: Valencia, tomo II, p.502.
(52) Zacares, José Mª: Las Casas Consistoriales de Valencia. Barcelona, 1856.
(53) Mut, Vicente: El principe en la guerra y en la paz, copiado del Emperador Justiniano. Año de 1640, en Madrid, p. 196.


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