Quizá más de un lector se pregunte por qué iba la procesión hasta la iglesia de San Vicente Mártir. Porque este santo era el Patrón de la ciudad y por haber sido el templo un reducto de la cristiandad en época de dominación agarena, y así consta en las crónicas del primer Centenario de la Conquista. Efectivamente, el 14 de septiembre de 1338, el Consejo de Valencia ordenaba fiestas solemnes para el 9 de octubre, y que éstas se celebraran perpetuamente:
«en lo día de sent Dionis que sera lo IX del mes de octubre del present any MCCCXXXVIII se faça processo general (…) e anar a la Esgleya del benaventurat mártir sent Vicent (…) ordena el dit Consell que per tots tems cascu any ço es en lo Noven dia del mes de Octubre se faça semblant processo.»( 110)
La iglesia de San Vicente Mártir fue una obsesión para los soberanos aragoneses, pero ¡antes de la Conquista!. El mismo Jaime I, en un documento dado en Monzón a 19 de marzo de 1232 -seis años antes de la entrada en Valencia- declaraba sus intenciones:
«Aquel lugar o iglesia —que está en Valencia, ciudad digna de todo encomio— cuyo lugar o iglesia se llama y dice San Vicente; de manera que, apenas el Señor ponga dicha ciudad en poder nuestro, bien sin trabajo o ya por la fuerza, o por capitulación o de otro modo (…) dicho lugar y la iglesia (…) y las posesiones y pertenencias suyas»(111)
No era sólo Jaime el Conquistador, sus antepasados del siglo XII también pretendieron los beneficios del citado lugar:
«…y el Rey era hijo de doña Petronila, que nació en la ciudad de Huesca. Consta también, que el Abad Dodon de mi casa, sirvió al rey en aquella jornada, y que por este respeto, y antigua devoción a San Juan de la Peña, concedió a este monasterio, la dicha iglesia de San Vicente de la ciudad de Valencia, con todos sus derechos, diezmas y primicias. En lo qual supone, que havia actualmente, fieles parroquianos de aquella Iglesia (…) Iglesia de Valencia, por largos años,porque treynta y cinco mas adelante, es asaber, en el mil docientos y doce, el Rey Don Pedro, la vuelve a confirmar, en favor de San Juan de la Peña»(112)
Es comprensible la visita al templo el 9 de octubre, por la significación del lugar en que fue martirizado el santo, y por el mantenimiento de la fe del pueblo mozárabe valenciano. Un diploma de Jaime I corrobora el significado del templo:
«a preces specialiter Beati Vincentii civitatem Regnum Valentiae sugjugavit et eripuir de posse et manibus paganorum»( 113)
La documentación existente desborda el tema heráldico y enlaza con el de la pervivencia de población mozárabe valenciana, que supondría el uso de una lengua no semítica antes de la llegada de los cruzados de Jaime I. En el Congreso de Historia de la Corona de Aragón (año 1962), una ponencia sobre la citada iglesia de San Vicent citaba estos documentos y concluía dando la razón a D. Roque Chabás que, «como él señaló, resuelve la cuestión de la existencia de mozárabes que mantuvieron culto en la Roqueta»(114).
Dejemos de momento la iglesia donde, según Beuter, se encontraba la enseña en 1538. Después de esta fecha se continuó celebrando el 9 de Octubre con la procesión presidida por la Señera Real y de la Ciudad, nunca por el falso pendón. El llamado Sermón de la Conquista formaba parte del ceremonial, siendo el historiador Escolano uno de los predicadores del mismo; los dietarios lo recuerdan:
«Dilluns a 9 de octubre de 1617, feren la processo…y lo señor doctor Escolano predica la conquista de Valencia»(115)
(110) Archivo Municipal de Valencia: Manual de Consells, año 1338
(111) Chabás, Roque: Los mozárabes valencianos. Madrid, 1891. p.22
(112) Historia de la Fundación y Antigüedades de San Juan de la Peña. Ordenada por su Abad Juan Briz. Zaragoza, 1620. p.263.
(113) Mateu Ibars, Mª Dolores: S. Vicent de la Roqueta y los reyes de Aragón. Congreso de Historia de la C. de Aragón. Barcelona, 1962, p.70
(114) Ibídem.
(115) Coses evengudes en la Ciutat y Regne de Valencia. Valencia, p.284.
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